Por Narciso Isa Conde
Fidel cumplió este 13 de agosto 95 años de vida.
Y digo de vida sin temor a equivoco, porque como decía en su canción el poeta venezolano Alí Primera… “hay muertos que no mueren” y Fidel es uno de los más destacados entre ellos.
Más bien Fidel pasó a otra vida, en la que sobresale su obra, su inmenso legado, su formidable ejemplo de firmeza, siempre abrazado a la insumisión de su pueblo.
Fidel se trasladó a otra galaxia, en la que se multiplica su condición de prócer de la lucha por la liberación humanidad.
Nació en el Oriente heroico del Caimán Indomable. Allá donde Maceo, Martí y Gómez pasaron a la inmortalidad.
Relevó a Martí en el 1953 con el intrépido asalto al Cuartel Mocada, inaugurando en Santiago de Cuba este promisorio y largo ciclo de luchas por la Segunda Independencia de Nuestra América, que dura ya 68 años y muestra a un imperialismo en persistente declive.
Hazaña tras hazañas.
-Moncada.
- Desembarco del Granma.
-Sierra Maestra triunfante.
-Girón y la gran primera derrota de los invasores bajo el mando de la Casa Blanca.
-Antiimperialismo indoblegable.
-Soberanía, Reforma agraria, ciencia, deportes, salud y educación para todos y todas
-Proclama socialista a 90 millas del Coloso.
-Dignidad desafiante en aquel Octubre de los cohetes soviéticos.
-Firmeza y creatividad para sobrevivir en medio de un bloqueo que dura 60 años devastadores.
-Periodo especial victorioso, de pie frente al derrumbe de sus grandes aliados euro-soviéticos.
-Contribución heroica a la emancipación africana: Congo, Namibia, Guinea Bisau, Mozambique, África del Sur, Etiopía, Cuito Carnavalee…
Internacionalismo consecuente a escala planetaria.
Hazañas tras hazañas… para perdurar y trascender como prócer de la nueva independencia y del sueño socialista.
¿Qué más pedir para afirmar que Fidel vive y vivirá eternamente?
No hay manera de olvidarlo y desterrarlo de los duros y trascedentes combates del presente frente a un imperialismo altamente destructivo y en franca decadencia. Él aportó demasiado para que así sea.
El reto actual es aprovechar ese declive para darle la estocada mortal a lo viejo en declive y crear lo nuevo que apenas y con enormes obstrucciones y agresiones ha comenzado a nacer.
Fidel nos acompañará, siempre desplegando su gran vitalidad, porque los grandes héroes de ese calibre solo mueren cuando se olvidan sus hazañas y se entierran los ideales que las inspiraron.
Eso no pasará, como NO PASARÁN los nuevos verdugos de la humanidad.
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