lunes, 30 de agosto de 2021

DIMENSIÓN HUMANISTA Y REVOLUCIONARIA DE BRÍGIDO PEGUERO, COMANDANTE ALFREDO O ROSENDO


Por Fernando Arturo Hernández Gómez, vocero del MPD.

Abordar la dimensión humana y revolucionaria del camarada Brígido Peguero, comandante Alfredo o Rosendo, constituye para nosotros un inmenso reto, pues, sin el menor temor a equivocarme, el camarada fue un ser revolucionario extraordinario, dentro de los hombres ordinarios de este mundo, fue un comunista convencido, fue un ser especial.

Brígido, comandante Alfredo o Rosendo, sintetiza el hombre nuevo que describió el CHE, donde el comandante del Alba explicaba la necesidad de la formación, de la construcción, de la edificación del nuevo sujeto, del hombre nuevo que la sociedad socialista debía erigir.

Ese hombre nuevo que representaba Alfredo, se engendró en una sociedad capitalista, descompuesta, putrefacta; él fue una contradicción con el modelo de la sociedad existente, el era el embrión de ese nuevo sujeto: honesto, integro, transparente, sacrificado, puntual, desprendido, responsable, solidario, trabajador incansable, en fin, innúmeras virtudes los adornaban.

Veamos algunas de esas características del humanismo revolucionario que los adornaban y que deben servir de estandarte, de guía, de inspiración a los revolucionarios y revolucionarias del país, a los hombres y mujeres que luchan por la nueva sociedad, a las nuevas generaciones, su ejemplo debe constituir el norte, debe ser un paradigma para todos nosotros.

Brígido Peguero fue comunista convencido, un revolucionario a carta cabal, un transformador de primera fila. Si nos ceñimos a la definición del termino comunista recogido en el Manifiesto Comunista, los comunistas son el sector más consciente de la clase obrera; cuando se alcanza la categoría de militante comunista usted ha logrado la categoría más elevada de la estirpe humana.

Por esas razones, nada humano le era ajeno, como establecía Orlando Martínez, siguiendo a Terencio.

Tuve el privilegio de conocerle en la década de los 70, era un joven delgado, DE TEZ NEGRA, de pensamiento refinado, afable, sobrio, inmensamente solidario, humilde, trabajador, investigador, desprendido, detallistas, austero, sacrificado, amante de la naturaleza, de sus floras, faunas, de las cuencas de los ríos, y sobre todo un luchador por la libertad y la igualdad. Era portador, en fin, un humanismo revolucionario, un humanismo de clase, defendía a capa y espada a los trabajadores, a los campesinos, a los pequeños productores, a los explotados.

Fue un sólido abanderado de la solidaridad con los pueblos en lucha. Luchó y denunció las guerras de rapiñas, el capitalismo, el neoliberalismo y su expresión más elevada el imperialismo.

Conocía a cada militante, sus detalles, sus fortalezas, sus debilidades, y cuando tenían dificultades ahí estaba, acompañando a ese combatiente y a sus familiares. Esto no sólo lo hacía con los emepedeístas y sus colaterales, sino que ese comportamiento también lo practicaba con las organizaciones hermanas: siempre su solidaridad oportuna, de igual manera lo manifestaba con los hombres y mujeres del pueblo, en fin, el camarada Brígido Peguero fue un faro de luz, fue el nuevo sendero, por el cual debemos trillar los comunistas.

Estamos frente a un gigante, donde nada material lo ataba, pensaba en acciones colectivas. Despreciaba el individualismo, la ambición, la traición, la mentira, la cobardía, la vacilación, el protagonismo, la colaboración de clases, es decir, todos esos lastres y vicios pequeños burgueses.

El camarada nos dio cátedras de responsabilidad y de puntualidad. Era el primero en llegar a los eventos, tanto públicos como internos, el primero en cumplir las tareas asignadas, pero era el último en retirarse, no sin antes asegurarse que los compañeros que habían participado en las actividades tuvieran sus pasajes.

Todos los recursos que obtenía de su profesión de biólogo, lo ponía al servicio del partido y de la revolución. Nunca tuvo meta de acumular riquezas materiales, no adquirió viviendas, vehículos, bienes suntuarios, aunque por su trabajo profesional como investigador le ingresaba dineros suficientes. Brígido vivió sobrio, humilde, sin pretensiones.

Brígido Peguero, sin la menor dudas, ha sido uno de los revolucionarios más honesto, integro que he conocido. Fue transparente, nunca aceptó dádivas de nadie, ni de amigos y mucho menos de enemigos de clase. En una ocasión un amigo le llevo un vehículo como regalo y no aceptó, a pesar de no tener en que moverse; le agradeció el gesto, pero no aceptaba ese tipo de ayuda. Como no era una mala fuente, le dijo que si se lo regalaba al MPD, estaría bien.

Otro ejemplo de solidaridad fue cuando los compañeros del noroeste estuvieron un accidente en Santiago Rodríguez, donde hubo decenas compañeros y campesinos heridos, el compa se presentó casa por casa, apoyándolo no solo económicamente, sino emocionalmente. Igual sucedió cuando el compañero Radhamés Feliz fue asesinado en Bonao, Brígido se encontraba en Haití, realizando trabajos de investigación, pese a la distancia y a las dificultades de transporte, abandonó el estudio y regresó inmediatamente al país, se trasladó a Bonao en un taxi, y cuando nosotros entrábamos al cementerio a sepultar al compa Radhamés, ahí llegó él, a cumplir con ese momento, dispuesto a ayudar. Era un ejemplo de solidaridad.

Podríamos decir cuántos actos de solidaridad: Cuando dos compas residentes en los Estados Unidos fueron apresados en el aeropuerto, entrada ya la madrugada se presentó en el cuartel donde fueron llevados, en virtud de que en ese entonces las Fuerzas Armadas no tenían cárcel, fue a conocer la situación y a brindarle apoyo a los camaradas. Era su actitud siempre cuando los camaradas eran víctimas de alguna persecución o apresados, como fue el caso del camarada que fue agredido a tiros por los SWAT en Barahona, a quien visitó en el hospital donde estaba interno con múltiples disparos en una pierna o el de los cuatro compañeros del FELABEL a quienes visitó en la cárcel de La Victoria.

Cuanta solidaridad, cuanta hermandad, cuantos desprendimientos y cuanta firmeza mostraba siempre en situaciones difíciles.

Desde la década de los 80 el compañero se perfilaba como la primera espada del Partido y de la revolución dominicana. En el Primer Congreso del MPD, año 1982, fue electo Secretario General, y se se afianzó como el principal líder de la organización, representaba la continuidad de Maximiliano Gómez (El Moreno), profundo en sus análisis, con un comportamiento sacerdotal, de bajo perfil, pero con una capacidad, voluntad, firmeza y determinación que no se quebrantaban en ninguna situación por difícil que fuera.

Fue un intelectual revolucionario, un conductor, un guía, un ejemplo, fue el referente de generaciones, fue un consejero, al que todos queríamos consultar, hablar, escuchar, acercarnos.

¡Siempre recibía a los compañeros, los buscaba en las terminales, les brindaba apoyo, iba con ellos, nunca ponía obstáculos, siempre sonriente, prestos a servir, cuanta nobleza!

Cuanto realizábamos las reuniones de la Comisión Política, del Comité Central u otros eventos del MPD, era el último en comer, sólo lo hacía si ya todos si todos los habíamos hecho. Así lo hacía cuando celebrábamos eventos públicos, era el último en irse y si alguien del interior le faltaba el pasaje, ahí estaba hasta hubiese un compañero.

Disfrutaba el éxito de los compañeros, lo vivía, lo gozaba, ESTIMULABA A QUE AVANZÁRAMOS, a que nos superáramos, nos hacía críticas para ayudarnos a superar las debilidades, pero resaltaba los trabajos que hacíamos, la firmeza, la transparencia y la verticalidad en los principios.

Con la pérdida física del camarada Alfredo, nuestro partido y la revolución dominicana ha sufrido una estocada en el corazón. Pero los continuadores de El Moreno y demás mártires emepedeístas y del pueblo dominicano, sabremos reponernos y surgiremos como el ave fénix para completar la obra inconclusa de nuestros mártires y héroes de la patria.

Camarada Alfredo, con los sentimientos y la conciencia comunistas a lo que tú contribuiste enormemente a que hayamos logrado, juramos mantener en alto tus principios y la bandera roja y negra de la redención latinoamericana.

PATRIA O MUERTE. VENCEREMOS.

Semblanza leída por Fernando Hernández, en el acto homenaje a Brígido Peguero realizado por el MPD, el domingo 29 de agosto de 2021.

Fuente: Dimensión humanista y revolucionaria de Brígido Peguero, Comandante Alfredo o Rosendo – El Desahogo Dominicano (wordpress.com)

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