viernes, 17 de junio de 2022

Por una izquierda ajustada a los nuevos tiempos

Por Fortune Modeste Valerio 

El título original de este texto era: Por una nueva izquierda criolla. Pero en el litoral revolucionario casi todo provoca roncha, preocupación y se quillan, decidí sustituirlo con el que encabeza la presente entrega. Sin embargo, cada vez que asisto a una actividad revolucionaria veo con asombro y con mucha satisfacción rostros nuevos y jóvenes, sin conocer a nadie, y eso es muy bueno. Escasos hombres y mujeres de mi generación, aparecen. En el ayer, todos nos conocíamos, aunque sea de vista. 

Todavía la dirección ideológica y política de la izquierda dominicana sigue en las manos de la antigua dirigencia. Sin desconocer que existe un material humano joven listo para relevar a la “vieja guardia”. Esperando, como siempre, que tengan la calidad, preparación teórica y práctica, apegada a la ciencia revolucionaria y a los cambios que experimenta el mundo, en particular nuestro país. Es justo reconocer que permanecen residuos de un comportamiento dogmático y rígido, que hace mucho daño, como si estuvieran en el siglo pasado. 

El que no se revisa a la luz de la interpretación correcta de la teoría revolucionaria queda atrapado en su ignorancia, en un pasado lleno de gloria y triste, y en una obsoleta visión de la sociedad. El mundo evoluciona a gran velocidad, y en el mismo sentido se debe acompañar esos giros impresionantes que ha impactado positivamente a la humanidad. No hacerlo así, es quedarse atrás, rezagado. 

En el periódico digital Acento y el blog spot Círculo de Izquierda, he insistido en el tránsito democrático que recorre América Latina y el Caribe, como consecuencia de la etapa en movimiento del sistema capitalista. Sociedades en franca evolución, atrasadas, dependientes y con instituciones públicas débiles. Por consiguiente, la lucha debe concentrarse en el establecimiento de regímenes que garanticen libertad, democracia y un despegue económico-social incluyente y con progreso tangible.

Esta etapa democrática dentro del capitalismo puede ser conducida por sectores progresistas, democráticos y revolucionarios. Depende de los que se busca con el nivel de crecimiento y desarrollo de la sociedad; de los objetivos tácticos elaborados, de la capacidad organizativa y del poder de convocatoria que se tenga en el momento.

Esta nueva izquierda tiene que entender eso de las etapas, períodos y fases de la revolución. Sin comprenderlo correctamente, estamos acorralados en una bravía selva de confusiones y dando “palos a la ciega”. Desde la década del 60’ hasta ahora, se han desperdiciado coyunturas electorales, ignorando un proceso democrático en marcha tan complicado. 

Hay que saber actuar con inteligencia y destreza en la etapa democrática, de lo contrario no avanzamos. Y si se quedan en el pasado, quedarán aislados de la población, disecándose lentamente. Hay que aprovechar, sin cruzar a la acera del frente, todos los escenarios, acoplándolos para acortar el camino al poder. Incluyendo, por supuesto, la vía electoral.

América Latina y el Caribe, han demostrado que progresistas y revolucionarios, pueden llegar al poder por vía electoral. Incluso, han derrotado a la ultraderecha y conservadores al mismo tiempo. El último episodio, de varios en la región, fue la victoria electoral del Pacto Histórico, de Colombia, en primera vuelta, de Gustavo Petro y Francia Márquez; ahora esperando la segunda el próximo 19 de junio. Y se espera el nuevo triunfo, el 2 de octubre de 2022, de Luis Inácio Lula da Silva, de Brasil. 

No es justo desaprovechar la oportunidad de acompañar, hay que apurar el paso, la ola democrática y progresista que arropa a la región. Se sabe, de ante manos, que unir a los revolucionarios criollos no es tarea fácil. Sin embargo, si se tiene coincidencias en el enfoque coyuntural y en la participación en las elecciones, el programa de gobierno democrático, creo, que no es un obstáculo. ¿Qué esperan para ampliar las conversaciones unitarias y comenzar a desplegar el trabajo electoral? La gente aquella tienen tiempos en las calles. 

Ajustar a nuestra izquierda a los nuevos tiempos, no espera. Varias generaciones de hombres y mujeres se han perdido en el camino, porque no se ha podido entender el proceso democrático que se transita. Esa confusión ha beneficiado a los conservadores y corruptos. Llegó el momento de retomar la pasión revolucionaria, la capacidad de trabajo en todas las circunstancias y articular, bien hecha, una unidad amplia, sin corruptos, de progresistas, demócratas y de izquierda, para alcanzar el poder en las próximas elecciones del 2024.

Fortune Modeste V.

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