sábado, 30 de julio de 2022

Luz al final del túnel

Por Fortune Modeste Valerio 

Después de tanto esperar, se puede identificar una luz tenue al final del túnel, donde se encuentran la izquierda y el progresismo. Recientemente, se ha producido un meneo conversacional entre las entidades progresistas reconocidas por la Junta Central Electoral (JCE); además, grupos de izquierda conversan, se proclama a la profesora María Teresa Cabrera precandidata a la Presidencia de la República, y personas independientes que giran en esa corriente, acaban de agruparse en una entidad apartidista, denominada Articulación Unitaria de la Ciudadanía. En fin, se activa un movimiento amplio y plural, alrededor de las próximas elecciones del 2024.

Esa luz irradia esperanza en un sector que ha esperado hasta el cansancio para marchar unidos en una contienda electoral. Claro, ahora es que falta mambo, hay que trabajar duro en todos los frentes para consolidar esas conversaciones y atraer a los que faltan: motivarlos, zanjar diferencias y cultivar el respeto recíproco. La confianza lo va a determinar, con la transparencia, seriedad y solidaridad, cómo se maneje el asunto. 

El Encuentro Nacional de la Articulación Unitaria de la Ciudadanía, celebrado el pasado domingo en el Club Mauricio Báez, fue un éxito. El Foro por Un Referente Unitario de la Izquierda Dominicana, entra en su segunda sección a celebrarse, en el mismo lugar, el próximo 21 de agosto. En todo el país se agrupan personas que rechazan el gobierno empresarial del presidente Abinader y el PRM, pero también se oponen al retorno al poder del PLD en sus dos versiones corruptas, Danilo y Leonel. El panorama tiende a coger formas en un juego tan caliente, sin olvidar que es una liga fuerte, muy difícil y complicada. 

Las expectativas, de la izquierda y el progresismo, son halagüeñas. El cuidado y la delicadeza deben mantenerse como normas de ir avanzando en los trámites para un acuerdo político que sirviere de antesala a la elaboración de un programa de gobierno ajustado, sin inventos, a nuestra realidad; determinar la manera de escoger los candidatos, y, por último, cómo se va a conducir una coalición, una convergencia política y alternativa que, concentrará entidades y personas muy diversas. 

La realidad objetiva dominicana es muy distinta a la de los demás países de América Latina y el Caribe. Mientras ellos tienen tiempos cultivando el sufragio alternativo, popular y de izquierda; por el contrario, aquí se abstienen del proceso electoral, participan con limitaciones o votan y se integran a los partidos conservadores, de derecha. La verdad, a la franca, es que se ha desperdiciado valiosos momentos históricos para estructurar nuestra propia identidad electoral e ir creando el sentimiento del voto de izquierda. 

El momento es el ideal, recuperar tiempos perdidos, para participar unidos en el próximo proceso electoral 2024. Es obvio el descalabro y desprestigio de los partidos conservadores que se alternan el poder. A los que no lo buscan, por más que se disfracen, por corruptos, malversar y robar recursos del erario; otros se desenmascaran al entregarse, en cuerpo, alma y corazón, a los intereses de la mafia empresarial. Los que siempre se han beneficiado con sus negocios chuecos con el Estado y disfrutar de sus irritantes privilegios que lloran ante la presencia de Dios. 

La estructura mafiosa enquistada en los aparatos estatales están intactas. Ya que los privilegios, a una clase social e insaciable, continúan subidos en el palo. Ahora, para más joder, se han apoderado de los cargos públicos. El presidente Abinader y el PRM, ni el PLD, su doble cara, Danilo y Leonel, no pueden viral la tortilla. Solo una nueva alternativa política, democrática, progresista y de izquierda, puede hacerlo. No tienen compromisos con un pasado corrupto ni un presente gansteril; salpicado de actos vergonzosos que mancha la soberanía, pero tampoco, lazos umbilicales con una mafia empresarial que lo que quiere todo. 

Construir, con las dos manos, una alternativa política unitaria, democrática, progresista y de izquierda, para participar en las elecciones nacionales del 2024, no espera más dilación. Sin que nadie se quede sin bailar, se requiere realizar los esfuerzos inagotables para integrar a la mayor cantidad de organizaciones y personas que coincidan en la presente coyuntura. Y presentar a la sociedad un Proyecto de Nación de cara a los nuevos tiempos que garantice cambio en la forma de gobernar y el modelo económico; libertades públicas y respeto a los derechos políticos, aplicar lo que establece la Constitución de la República, y otras leyes, referente a la corrupción y la impunidad, sin corruptos preferidos, etcétera.

Fortune Modeste V

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