La presente es una historia breve del piloto norteamericano, Charles Plumb. Derribado su avión militar, 19 de marzo de 1967, en la Guerra de Vietnam, pudo saltar y abrir su paracaídas; y capturado -(1967 a 1974)- por los aguerridos guerrilleros vietnamitas. Después de ser liberado, se dedicó a impartir charlas, sintetizando sus experiencias en cautiverio y la importancia del agradecimiento, en universidades, escuelas, bibliotecas, centros militares, etc.
Al acudir a un restaurante, esperando ser atendido, se le acerca una persona y le pide permiso para sentarse en su mesa. El inesperado visitante le pregunta, ¿usted no me conoce? El señor Plumb le responde, en varias ocasiones; no, no lo recuerdo. A lo que el visitante lo impacta con la siguiente información: “Trabajaba en la marina. Yo fui quien preparó su paracaídas”.
Sorprendido y emocionado, el veterano de guerra, exclama, estoy vivo gracias a usted, y le expresa su enorme gratitud; ya que los pilotos no se enteran de quien prepara su paracaídas.
Una lección que motivó al famoso prisionero de guerra a preparar una charla que recorrió casi todo el territorio estadounidense, denominada, Y a ti, ¿quién te prepara el paracaídas?
En la vida personal, profesional y política, siempre existen personas que le prepara su paracaídas, sin tener la menor idea. En mi caso, te agradezco, amigo y camarada Manuel, por tu muestra de solidaridad y lazos fraternales.
Desde que llegué al patio, octubre 2019, siempre he tenido su solidaridad, valiosa ayuda, y su disposición de ayudarme para integrarme institucionalmente al proceso revolucionario. Y eso tiene un valor extraordinario que agradecemos sinceramente.
Aunque la celebración del Año Nuevo es una trampa comercial, hay que, continuar como el primer gandul en los planes unitarios pendientes, preservar la salud para darle continuidad a la vida.
Gracias, Manuel Salazar, muchas gracias
¡Por un Próspero, Unitario y Combativo 2023!
31-12-2022.-
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