Por Faustino Collado
De 1997 a 2021 los capitalistas dominicanos
ascendieron a un nuevo paraíso, a pesar de ser pecadores. Sus viejos pecados
por las quiebras de bancos, por apoderarse del sistema cambiario, por las
sobrevaluaciones en las contrataciones, por el despojo a obreros y campesinos,
les fueron perdonados por los querubines que entraron a Palacio en 1996.
De esa fecha a esta parte los capitalistas,
por medio del grupo 3 en 1 (PRSC, PRD-PRM, PLD-FP), se han construido una nueva
“institucionalidad marina” para apropiarse del patrimonio del Estado, evadir,
ocultar, lavar y acumular en sus paraísos fiscales.
Empezaron con la ley 141-97 de
capitalización-privatización de las empresas públicas, con el impulso alegre de
Leonel, Temo y Antonio Isa Conde; siguieron con la ley oligopólica 153-98 de
Telecomunicaciones; luego con las leyes 20-00 y 65-00 de propiedad industrial y
derechos de autor, modificadas en interés del imperio y del DR-CAFTA por las
leyes 424-06 y 493-06; aprobaron la Ley del Mercado de Valores 19-00, modificada
por la 249-17; se armaron con la Ley de Fomento Turístico 158-01, la Ley de
Registro Inmobiliario 108-05 y la Ley sobre Desarrollo Hipotecario y el
Fideicomiso; su último engendro fue la Ley de la Alianza Público-Privada No.
47-20.
Como
postre en esa fiesta jurídica depredadora, se han agenciado muchas exenciones
fiscales, legalizadas por las leyes de amnistía 12-01, 183-07, 309-12, 46-20,
222-20 (facilitadora del lavado), entre otras normas tributarias, gracias y
graciosas resoluciones.
En
el camino, arrastrando latas como en caravana nupcial, se llevaron en las uñas
más de un millón de tareas de tierras propiedad del CEA, compradas hasta 10
pesos la tarea, aderezadas con hoteles, cabañas, edificios, solares,
arrendados o comprados al Estado a precio de vaca muerta.
Tremendo
blindaje bendecido por el CONEP y fundaciones jurídicas muy caras, al que se le
agrega el político-electoral para financiar a los candidatos y sus partidos.
Toda esa juridicidad del capitalismo concentrador de nada servirá cuando el pueblo
se levante, pida cuentas, se cobre sus deudas históricas y se dé un nuevo orden
jurídico, político y social.
Fuente: Invasión jurídica capitalista: 1997-2021 – El Desahogo Dominicano (wordpress.com)
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